*Camilo* *Torres* *y* *el* *problema* *de* *la* *revolución*
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Por: Miguel Eduardo Cárdenas – Colectivo Comuna y Comunidad
Una reflexión a cincuenta y cuatro años de su sacrificio
Camilo Torres consagró sus preocupaciones esenciales a promover el debate en torno a la estrategia de la revolución colombiana. Su esfuerzo teórico y práctico ha tenido profunda influencia. Distintos sectores comprometidos han dedicado grandes esfuerzos a continuar este crucial propósito para mantener la vigencia del pensamiento de Camilo Torres.
Lo cierto es que aún no se ha logrado decantar una propuesta sobre cómo producir el cambio inaplazable del régimen político y dar el salto hacia la paz con justicia social como expresión de la ética en la política, y la concreción de la idea moral del “amor al prójimo” a través del bien común, esto es, reiterar la idea moral del comunismo (cristianismo o comunalismo en Camilo Torres Restrepo) como respuesta a la crisis de la modernidad capitalista en Colombia y en el ámbito mundial para dar un ‘soplo de vida’ al principio de humanidad.
Sin lugar a dudas, Camilo miró la realidad desde la perspectiva religiosa, previa al Concilio Vaticano II, aunque este se anunció en 1959 (Camilo hizo parte de las Comisiones previas al desarrollo del Concilio y en la Exposición Universal de la Iglesia como delegado del CELAM estando en Lovaina). El Concilio se desarrolla entre 1962 y 1965, y Camilo ya andaba debatiéndose entre las primeras discusiones con el Cardenal Concha (1962) y su reducción al estado laical e inicio del Frente Unido (1965). Cuando las conclusiones comenzaron a circular, Camilo ya había ofrendado su vida. Ese es, quizás, su valor en el mundo cristiano militante, que sirvió de antecesor a la que se vino a acuñar como ”Teología de la Liberación” en 1968, y cuyo primer libro se edita en 1970 en Lima. La mezcla de Obispos Tercermundistas (como Helder Camara en Brasil o Gerardo Valencia Cano en Colombia), con las nuevas visiones del Concilio Vaticano II encuentra un poderoso refuerzo en el testimonio de Camilo Torres.
La idea de comunismo de Camilo es la que viene del cristianismo como se leyó en el Concilio Vaticano II que luego madura y sistematiza en la práctica de Muniproc y que da sentido al libro La revolución imperativo cristiano que marcó la generación de religiosos de Golconda, de la formulación de la “Teología de la Liberación” y la reunión de Celam en Medellín en 1968.
Al referirnos a Camilo Torres Restrepo es preciso alcanzar un enfoque con rigor histórico –lejos de panegíricos y denuestos–; además, ubicar las tendencias y el sentido la época en que vivió Camilo, conocer el carácter de su destacada personalidad y enaltecer su condición de subvertor moral –como lo calificó Orlando Fals Borda–.
En el fondo de su ser Camilo vive una indignación ética y una necesidad cristiana, que como sociólogo ve cauce en el socialismo. Un socialismo en las formas económicas y en las relaciones sociales guiado bajo los valores del cristianismo. Un humanismo integrador del marxismo con el cristianismo, así lo dice en uno de sus escritos: “hoy en día, cuando se está acabando el sistema capitalista, alguna gente cree que se está acabando la Iglesia. Y consideran, que el cristianismo no tiene suficiente virtualidad para cristianizar a un modo socialista hacia el cual parece que vamos”.
Conmemorar la muerte de Camilo Torres Restrepo implica rescatar a Camilo como un teólogo comunista quien en su pluralidad, dimensión ética, política, organizativa y espiritual, constituye un ejemplo de vida con plena vigencia que ilumina los derroteros de la revolución social en la encrucijada actual.
Bogota, 15 de febrero de 2020
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Nasce preocupado com os caminhos do proletariado em geral, porém, especialmente, com o brasileiro