BOMBA DIGITAL
Vivimos
una época donde los derechos humanos ya no son violados solamente por Estados
como reza la consigna de la ONU, sino también por el polo corporativo
oligárquico transnacional más poderoso que los Estados: grupos empresariales
tecnológicos, militares, farmacéuticos, energéticos, alimentos y mediáticos;
bancos, fondos de pensiones, agencias calificadoras, rentistas, fondos buitres
y especuladores de todo tipo, acumulan más poder y menos legitimidad que los
Estados Nación, convirtiéndose en conculcadores, expoliadores,
transgresores y socavadores de manera directa o indirecta, sistemática y
contumaz de los derechos fundamentales de los seres humanos.
En
medio de la irrupción COVID 19, es un fenómeno que no debe ser evaluado sólo
desde la perspectiva de la salud pública o epidemiológica, sino como operación
estratégica de esos poderes globales, políticos, económicos, financieros,
tecnológicos y religiosos, quienes mediante ejercicios militares planificados
de comando sobre las personas -gestión de la percepción- difunden mensajes
distorsionados sobre enfermedades y naturaleza del virus para, en medio del
pánico, imponer restricciones y limitaciones sobre nuestras libertades,
convenciéndonos de aceptar el mal menor por supuesta seguridad y protección
(Schutzhatf)
Somos
víctimas de una guerra relámpago (Blitzkrieg) informática, comunicacional,
psicológica, financiera y biológica, utilizando un arma de inteligencia
compleja basada en la transversalización que logra el lenguaje informático, al integrar
con el modelo binario, todas las realidades y sistemas, plataforma de
convergencia binaria: biológica, económica, financiera, comunicacional y
neurológica, tal como lo denunciaron dos gerentes especialistas de Facebook
(Parker y Palihapitiya) advirtiendo de los peligros y afectaciones del ser
humano por parte de estas empresas de comunicación (ejemplo AT &T cuyo
verdadero dueño es AOL Time Warner) y las tecnológicas agrupadas en la GAFAMT
(Google, Facebook, Tuiter, Amazon , Microsoft, Apple), apenas 6 trasnacionales
privadas quienes manejan el 92% de los contenidos que circulan en el planeta.
Totalitarismo de la imagen visual y cartelización de la mirada, que sólo
desenchufándonos de esa matrix podemos evitarlo.
"Mientras
el tiempo que pasamos buceando en la red, supere de largo el que pasamos
leyendo libros. En tanto que el tiempo dedicado a intercambiar mensajes
medibles en bits exceda grandemente al tiempo que pasamos redactando párrafos.
A medida que el tiempo empleado en saltar de un vínculo a otro sobrepase con
mucho al tiempo que dedicamos a la meditación y la contemplación en calma, los
circuitos que sostenían los antiguos propósitos y funciones intelectuales y
trascendentes se debilitarán hasta desmoronarse". (Michael Merzenich)
Es
un ataque globalista y una demolición en vivo y directo de forma incruenta del
hombre, la sociedad, la cultura y las tradiciones, vía modelo tecnocrático
cibernético, donde no sólo perdemos soberanía e independencia por la aplicación
de "nuevas normalidades y vigiladas" inconsultas, sino que
estandarizan lo humano hasta licuarnos, pretendiendo así tomar el control total
del planeta y desarrollando sus tesis eugenésicas y transhumanistas.
Es
un ataque de doble pinza: farmacéuticas camufladas en la OMS con el pánico
global inducido que sirven la escena a las corporaciones tecnológicas y
mediáticas, quienes se aprovechan para imponer una ‘ecología gris"
contaminada, realidad reducida, donde todo es susceptible de digitalizarse,
hasta prescindir de lo orgánico y lo vivo. Impiedad del imperio de la velocidad
y de la tecnocracia contra la democracia de la proximidad, que intenta romper
los vínculos entre los cuerpos animales, sociales y territoriales. (Virilio)
Acabando
con el diálogo y la proximidad, asiento de lo político, fuerzan la política
como gobernanza total. En este contexto creemos que los escenarios del derecho
tradicional están caducos. Debemos aprovechar, no solo para hablar de
violaciones a la soberanía y transgresiones jurídicas que están ocurriendo, sino
visibilizar el enemigo, su estrategia, técnicas y tácticas: la
transversalización binaria nos hace susceptibles ya no solo de ser subsumidos
por la vieja lógica de explotación del capital, sino que ahora este capital se
presenta como pura lógica de disolución informática representada en el atractor
digital que busca borrarnos orgánicamente, convertirnos en simulacro: verdadera
bomba informática de destrucción total.
En
el caso venezolano, profundizan aún más ese ataque, cuando una corporación de
la comunicación y el entretenimiento, parte del polo corporativo trasnacional,
respondiendo a un plan político perverso y sibilino, no sólo suspendió
unilateralmente los servicios de telecomunicaciones -cercenando derechos
humanos fundamentales-, sino que pretende afectar nuestras aspiraciones, deseos
y preferencias para quebrar nuestra subjetividad y la tranquilidad psicológica
en medio del confinamiento social.
Se
valen de altas tecnologías que lejos de ser usadas para el bien común, se
convierten en armas de guerra informacional. Es necesario alertar que el ataque
contra el pueblo de Venezuela no es solo de DIRECTV, tratando de generar rabia,
tristeza, odio y frustración, mermando nuestro derecho a estar informados,
comunicados, recreados y afectando nuestra libre elección o escogencia, sino
que tributa a un plan mayor para debilitarnos y finalmente lograr el ansiado
estallido social.
Mientras
ellos aprovechan de instalarnos inadvertidamente un sistema cultural por medio
de las tecnologías, metiéndonos en la lógica del campo de concentración
biocibernético (Agamben), tocando de forma particular, específica a nuestra
población, advertencia que elevamos para blindar nuestro sistema de defensa y
seguridad de la Nación.
Por
eso agradezco el alerta que nos viene haciendo Giorgio Agamben y nos hizo
Virilio sobre dictaduras tecnológicas, delirios telemáticos, guerra electrónica
como ciberguerra de la corporatocracia contra el mundo, que usan como pretexto
o disparador, buscando instalar un totalitarismo tecnocrático, ya no sólo
sobre los Estados, sino sobre los seres humanos y su cultura como máquina de
destrucción total del imperio gris de la informatización, tratando de aniquilar
de la química orgánica, el carbono que nos compone como naturaleza y como
humanos.
MARIA ALEJANDRA DIAZ
Constituyente - VE
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Nasce preocupado com os caminhos do proletariado em geral, porém, especialmente, com o brasileiro