sexta-feira, 21 de fevereiro de 2020

CAPITALISMO, TRANSICIÓN Y SOCIALISMO * Agustin Calzadilla - Chile

CAPITALISMO, TRANSICIÓN Y SOCIALISMO

Agustín Calzadilla

Claro, camarada, de acuerdo, la única forma de conquistar una DEMOCRACIA SOCIALISTA es que el poder popular organice y ejerza su propio poder.

Un brevísimo esquema para la transición sería, según mi punto de vista, el que sigue:

Nosotros no Hablamos de democracia en general, eso no existe; hablamos de procesos democratizadores en lo político, esto es nuevo Estado, el Estado comunal, de participación protagónica y decisoria; en lo económico, nuevas formas de propiedad, con primacía de la propiedad social sobre los medios de producción; y en fin una revolución cultural, en el sistema de valores que subvierta la cosmovisión burguesa de tantos siglos de alienación.

Éstas serían las tareas básicas, más generales según entiendo,  y de manera resumida, la transición del capitalismo dependiente y rentista, al socialismo bolivariano del siglo XXI.

No olvidar que en la revolución socialista, hay que ser iguales, en las condiciones materiales de vida, para ser en verdad libres.

Una vez desarrolladas esas tareas que cubren un largo periodo histórico, podemos decir que vamos en vía de la revolución democratica hacia la liberación nacional y el socialismo.

Lo que implica tareas de carácter antiimperialistas y anticapitalistas.de aplicación simultánea.Y en una sola fase histórica.

Ahora bien, en una transición, no podemos esperar que las "leyes de la historia" lo hagan todo, como si la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, tuviera piloto automático.

No, no hay ningún piloto automático. Lo que rige en la fase de transición es la voluntad, es decir, la voluntad política de avanzar en las tareas tanto democraticas como socialistas.

Y nada de etapas, de pensar que el solo desarrollo de las fuerzas productivas nos conducen al socialismo, como pensaron los viejos social demócratas.

No basta decir que "estamos del lado correcto de la historia".

Menos aún de estar creyendo en una burguesía nacional y revolucionaria que no existe.

Y la gran burguesía interna y las corporaciones transnacionales están en el plan de cambio de régimen.

Tener siempre presente que las revoluciones todas son reversibles. 

Allí está la URSS.

Por estas razones sugiero, para la transición estudiar la reforma constitucional 2007  del comandante Chávez.

Así como también recomiendo analizar las leyes del poder popular 2010, y el programa de gobierno que presentó en 2012, para un nuevo periodo que como se sabe, no pudo concluir. 

Allí nos llama a "traspasar la lógica del capital". Y señala tareas para construir el socialismo.

Lamentablemente, no vamos en ese camino sino en camino del reformismo.

Hacia una social democracia, en el marco del capitalismo, para desarrollar las fuerzas productivas y en otra etapa, más adelante, pasar a construir el socialismo.

Esto es lo que saco, como conclusión, es el proyecto en marcha de la tendencia dominante.

Cómo se sabe, ese proyecto social demócrata viene de derrota en derrota en la Región.

Fracasó en Brasil, con el modelo de Lula, que termina con el "golpe suave" a Dilma y la prisión del propio Lula.

El más reciente fracaso de este modelo reformista lo sufrieron los compañeros de El Salvador.

Cristina regresa, es cierto pero con el mismo modelo socialdemócrata y un tanto distante del gobierno venezolano.

Mientras tanto avanza la impunidad del fascismo interno con apoyo imperialista.

Y, para colmo de males, se resquebraja el principio de autoridad del Estado. Reina la impunidad.

No respondemos de manera contundente los golpes del imperio y sus lacayos.

Y dejamos que la anarquía de un empresariado parásito asalte el salario de los trabajadores, con la desmedida y criminal especulación.

De otra parte se produce el rompimiento del tejido popular solidario, que como efecto de la crisis enfrenta pueblo contra pueblo: los bachaqueros.

Esto plantea hacer, el balance de estos últimos 20 años de gobierno bolivariano como propone el constituyente Soto Rojas. 

Dado que, el momento político es de extrema gravedad, el bloqueo económico y financiero ha golpeado la base social que sostiene este gobierno.

Y seguimos como si nada pasara. Por que solo miramos al apoyo del chavismo duro, y no aceptamos que hay un malestar relevante que puede comprometer las elecciones venideras para la Asamblea si la derecha va unida. 

En fin hay que tener presente que el proyecto SOCIALISTA va más allá de psuv y el gobierno.  

Aún así nosotros debemos preservar la unidad y el apoyo al gobierno.

Pero también estamos obligados a ejercer a fondo la crítica y la autocrítica.

Hay que rescatar el rumbo estratégico, y "vacilar es perdernos"

Una vez cumplida la difícil tarea de enderezar el rumbo estratégico, podremos plantear nuevos objetivos históricos.

Solo así podremos marchar hacia la utopía de Carlos Marx, de una Asociación de productores libres e iguales.

Y cuando Marx, habla de productores, no se refiere a los empresarios, como pretenden algunos por aquí. 

Se refiere sí  a los trabajadores, que son los que generan valor, cuando venden su fuerza de trabajo al explotador.

Marx, en su Crítica al programa de gotha, plantea que el socialismo es la fase primaria o previa del comunismo.

Pero, como toda su teoría, la construye sobre las condiciones históricas concretas del capitalismo europeo. 

No pretendió jamás que copiaramos  modelos.

Pues Marx en sus trabajos tardíos sobre el colonialismo y en el propio capital, en el capítulo sobre la acumulación originaria, avisora el capitalismo periférico, cuando dice que era imposible que se desarrollara  el capitalismo en Europa sin el saqueo colonial de América.

Así las cosas Insisto en la necesidad de estudiar la transición y sus tareas generales y concretas y tener presente que no hay recetas, pero sí tenemos una experiencia histórica concreta , los aportes de Chávez y además, contamos con una teoría revolucionaria: el marxismo.

VENCEREMOS!!

Ac 15/8/2019

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Nasce preocupado com os caminhos do proletariado em geral, porém, especialmente, com o brasileiro