INDEPÉNDENCIA DE CENTROAMERICA I
Prof.- José Antonio Benítez Buais / Bolivia
Desde el punto de vista de los intereses económicos, en la primera década del siglo XIX, las autoridades coloniales españolas, realizaron una serie de medidas fiscales y económicas que limitaban aún más el desarrollo de las Oligarquías criollas centroamericanas, como el aumento de tributos y la consolidación de deudas estatales, para financiar las guerras europeas de la Corona española.
Estas medidas acrecentaron el sentimiento pro independencia entre diferentes sectores criollos. A esta situación le sirvió como detonante y catalizador la Invasión Napoleónica a España en 1808, que significó el colapso temporal de la autoridad real y el inicio del proceso de independencia mexicano y centroamericano. En el período de 1808 a 1814, se produjeron alzamientos en el territorio de la Intendencia de San Salvador: El Alzamiento del 5 de noviembre de 1811, conocido como el Primer Grito de Independencia, fue encabezado por José Matías Delgado, Manuel José Arce y los hermanos Aguilar en San Salvador.
Se extendió en los días siguientes del mes de noviembre a las ciudades de Santiago Nonualcos, Usulután, Chalatenango, Santa Ana, Tejutla y Cojutepeque. Hubo dos alzamientos relacionados con éste que adquirieron relevancia, el del 20 de diciembre de 1811, ocurrido en Sensuntepeque, y el del 24 de noviembre de 1811, ocurrido en la ciudad de Metapán. Este último fue vencido en diciembre de 1811. El Alzamiento de 24 de enero de 1814, ocurrido en San Salvador, no tuvo éxito y la mayoría de los líderes independentistas fueron arrestados; siendo uno de ellos, Santiago José Celís, fusilado por las autoridades españolas. En este movimiento hubo una amplia participación popular.
En mayo de 1814, Fernando VII regresó a España como rey, e inmediatamente restableció el absolutismo, derogando la Constitución de Cádiz. Los efectos de las medidas reales se hicieron sentir en Centroamérica, donde el Capitán General de Guatemala, José de Bustamante y Guerra, desató una persecución en contra de los independentistas y los defensores de las ideas liberales, que se prolongaría hasta su destitución en 1817.
Es en esta situación de aparente retroceso de las luchas independentistas que en 1820 se produce la Revolución de Riego, en España, la cual restableció la vigencia de la Constitución de Cádiz y “…provocó la reacción de la aristocracia criolla, el alto clero y la burocracia peninsular…”puestas a la aplicación de las leyes liberales españolas y preocupados por las demandas de comercio e intercambio libre con los comerciantes ingleses en Belice, lo cual perjudicaba sus intereses monopólicos con relación al comercio.
El Capitán General de Guatemala, Carlos Urrutia, juró la Constitución en julio de ese año y poco después se convocó a elecciones para elegir ayuntamientos y diputaciones provinciales, además de permitirse la libertad de prensa en el territorio del Reino de Guatemala. En junio de 1821, el Capitán General Urrutia fue sustituido por Gabino Gaínza. En agosto llegaron a Centroamérica las noticias de la Independencia de México, bajo los términos establecidos en el Plan de Iguala de Agustín de Iturbide. Ante esta nueva realidad, Gaínza convocó a la reunión de notables del 15 de septiembre.
Desde febrero de 1821, Agustín de Iturbide [2] había proclamado el Plan de Iguala, que dispuso la independencia de los territorios que hasta 1820 habían formado el Virreinato de Nueva España. Nació entonces el Imperio Mexicano, en un intento de monarquía que lo mantuviese bajo una bandera única, católica y conservadora, opuesta a las medidas liberales que se implementaban en España. El Congreso mexicano de 1822 proclamó Emperador a Iturbide como Agustín I. Para entonces, gran parte de Centroamérica, incluyendo a la Provincia de Guatemala, había proclamado su anexión a México.
El 15 de septiembre de 1821, en una reunión en la Ciudad de Guatemala, los representantes de las provincias centroamericanas declararon su independencia de España y conformaron una Junta Gubernativa provisional, presidida por el antiguo Capitán General español, Gabino Gaínza. La noticia de la independencia llegó a San Salvador el 21 de septiembre. Destacamos que en momentos que los sectores más radicales apoyados por la gran masa de campesinos se inclinó por la inmediata independencia y la adopción del sistema republicano, es que se declaró formalmente el texto redactado por José Cecilio del Valle, siendo en estas condiciones que la propia Declaración de Independencia expuso que ocurría “…para prevenir…las consecuencias que serían temibles en el caso que las proclamase de hecho el mismo pueblo…” Clásico ejemplo del temor de la oligarquía criolla a cualquier cambio de su preponderancia en cualquier terreno.
Al concretarse la independencia centroamericana, se dieron tres opciones a la naciente unión de provincias: primero, conservar la unidad de las provincias; segundo, independizarse en naciones bien definidas; o tercero, anexarse al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide. Opción esta última que cobró gran fuerza entre la aristocracia conservadora guatemalteca, encabezada por el Márquez de Aycinena, como opción para frenar a los republicanos y como forma de defender los privilegios económicos de los sectores más reaccionarios.
Por lo tanto, la noticia de la independencia desconcertó a la mayoría de los grupos conservadores en las distintas provincias y ayuntamientos de Centroamérica. La preocupación de los sectores, temerosos de perder sus privilegios, se tranquilizó cuando las autoridades de Guatemala recibieron una carta de Iturbide, quien se había proclamado Emperador de México, invitando a Centroamérica a unirse al imperio, como garante de sus interese económicos. La Junta decidió consultar a los ayuntamientos y respondieron dos tercios de ellos, de los cuales 168 aprobaron la anexión, y dos, San Salvador y San Vicente, rehusaron unirse a México.
La Junta de Guatemala declaró la anexión a México el 5 de enero de 1822. Iturbide envió tropas mexicanas al mando del general Vicente Filisola para someter a las provincias rebeldes de San Salvador y San Vicente. El general Filisola entró con sus tropas a San Salvador en febrero de 1823, luego de derrotar a los salvadoreños en los combates de Guazapa y Guayabal y tras varios meses de resistencia. Cuando Filisola regresó a Guatemala, recibió la noticia de que Iturbide había sido derrocado y que México se había constituido en República, entonces Filisola le pidió a la Junta de Guatemala que convocara a los diputados centroamericanos para que tomaran una decisión. La Asamblea Centroamericana proclamó, el 1 de julio de 1823, la independencia de España, de México o cualquier otra nación y se constituyeron las Provincias Unidas de Centroamérica.
Tarija, 06 de septiembre del 2021
LIC. ADMINISTRACIÓN EDUCATIVA
PROF. JOSÉ ANTONIO BENÍTEZ BUAIS/BOLIVIA
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Nasce preocupado com os caminhos do proletariado em geral, porém, especialmente, com o brasileiro